Literatura y migración: una conexión ilustrada

by | Jun 11, 2025 | 0 comments

¿Qué tiene que ver ser migrante con la literatura infantil? En mi caso, todo.

La literatura o mejor dicho los deseos de formarme en ella, me llevaron a dejar mi ciudad. Ese fue el motor inicial o también podríamos llamarlo pretexto. Lo cierto es que las ganas de salir del Perú, abandonar mi zona de confort y tener que reinventarme (personal y profesionalmente) fueron las verdaderas razones. Y por si fuera poco, no quería vivirlo sola, quería sobre todo, que lo experimentaran mis hijos. Que sus ojos y sus oídos se abrieran grandemente, para que luego, sus mentes y sus corazones hicieran lo mismo.

Conocer otra ciudad, otra cultura, otro idioma y nuevas formas de entender la vida es, sin duda, muy movilizador. Al principio, la novedad genera emoción, entusiasmo, expectativa y alegría. Pero también hay miedo, inseguridad, dudas, desconfianza. Y ahora, dos años después, a veces hay cansancio, flojera o frustración.

¿Y esto que tiene que ver con la literatura infantil? En mi caso, todo. Durante el primer año, la maestría me daba rutina, estructura, conocimiento, orden, propósito. Casi todo giraba convenientemente alrededor de libros ilustrados, novelas infantiles, cómics, editoriales, actividades de mediación y promoción lectora. Las ganas de prolongar la estancia, el aprendizaje y la experiencia, se acentuaban. Fue así como decidimos que nuestra etapa en Barcelona, continuaría.  

Sin embargo, ahora, cerca de terminar este segundo año, la evaluación no es tan positiva. La literatura infantil sigue al centro, removiéndome, cuestionándome, sacándome de mi (nueva) zona de confort. No hay libro que intente leer, que no me hable desde mi lugar de extranjera, de persona que está fuera, que no pertenece, que intenta, pero no lo logra. 

La migración en páginas ilustradas

La primera vez que leí Los Migrantes de Marcelo Simonetti, me transporté al primer día de cole de mis hijos, niños nuevos, diferentes, extranjeros. ¿Cómo los mirarían los demás? Quizás como los hermanos de esta historia, que al recibir la noticia de que dos migrantes llegarán al colegio, se pasan la tarde imaginando cómo será ese encuentro con lo desconocido. 

Los distintos de Mónica Montañés

Cuando un relato de migración forzada me resuena enormemente, me pregunto, ¿cómo puede ser? Si yo elegí estar aquí, si mi migración no solo fue voluntaria, sino deseada. “La vida te puede cambiar, de pronto y sin avisar. Lo sé porque a mí me ha ocurrido”. Así empieza Los Distintos de Mónica Montañés y no puedo seguir leyendo sin sentir que el relato me toca profundamente. Aunque no haya estado nunca en una guerra, ni haya tenido que atravesar un océano para sobrevivir. Pero la literatura es así, nos toca hondo, nos remueve y nos permite identificarnos con otros personajes, otros universos, otros momentos de la historia.

¿Qué es lo que lleva a tanta gente a dejarlo todo atrás para viajar hacia un país desconocido?

Es una de las preguntas que nos plantea Emigrantes de Shaun Tan, un fascinante cómic silente que nos transporta al viaje de un hombre que deja su familia y su país, para cruzar un océano y llegar a una ciudad extraña, donde todo le resulta ajeno, incluso lo más cotidiano. Las ilustraciones son potentes, colores sepia, imágenes confusas, por momentos indescifrables, pero justamente por eso, le dan al lector mayor libertad en su elección de significados. 

literatura y migracion

Este universo ficticio es un espejo de infinitas realidades. El protagonista es un emigrante, pero puede representar a cualquiera y a todos, de cualquier país o época. Esta universalidad se refuerza visualmente con los sesenta rostros tipo fotografía de pasaporte en las guardas del libro, que interpelan directamente al lector. En cada uno de estos rostros podemos vernos, o a algún familiar, amigo, conocido, vecino. Todos tenemos a un migrante en nuestra historia. En ocasiones dentro de nuestra piel. 

El reto de la Inserción Laboral

Pero no todo tiene que ver con entornos, adaptaciones o emociones. Hay un reto aún más complejo del que no he hablado y es el de la inserción laboral. En general buscar chamba (trabajo o empleo) es una tarea desafiante, pero siendo migrante, sin dominar el idioma y sin mucha tolerancia al fracaso, resulta abrumador.

Gabriela Wiener describió esta sensación perfectamente en Nueve lunas. Es una novela principalmente sobre maternidad, vista desde los ojos de una mujer migrante. Pero no deja de resonarme todo:

«Aquí a nadie le importa lo que hayas hecho antes en algún lugar del hemisferio sur. De nada te valdrán tus libritos autopublicados, ni ese Máster de nombre rimbombante que viniste a hacer. Terminarás trabajando gratis como el becario más viejo que se haya conocido. Súmale a eso que en esta ciudad se habla catalán y que los catalanes quieren que hablen su lengua, aunque ellos sean perfectamente bilingües”.

Es sorprendente como todo aquello que uno es, puede desaparecer solo por moverse geográficamente. El otro día conversaba con unas colegas peruanas y una de ellas afirmaba tajantemente:

“aquí no eres psicóloga, aquí no eres nada hasta que homologues tu título”.

Yo sigo sintiendo que soy todo lo que era antes, todo lo que soy en el Perú, todo lo que he estudiado, aprendido, hecho, experimentado, vivido. Pero al mismo tiempo, todo eso no es apreciado aquí, al menos no de la misma manera en la que he sentido que se valora en el hemisferio sur.

También creo que hay una brecha cultural y social importante. No tener las redes y los contactos que años de trabajo en una ciudad te dan, no conocer ciertos códigos profesionales, formas de comunicarse, de relacionarse; termina siendo costoso y complica mucho más el reto de insertarse laboralmente. A eso hay que añadirle que la sociedad catalana es bastante cerrada y en realidad todos lo somos. Aunque de eso solo nos damos cuenta cuando estamos fuera de nuestro entorno habitual. Precisamente estar fuera te brinda una mirada amplia, valiosa, diferente, complementaria. Yo me quedo con eso. 

La literatura infantil me trajo hasta aquí y me ha regalado todas las experiencias que estoy viviendo en este tiempo. Todas sin lugar a dudas, son aprendizaje puro. Y es que quizás de eso se trate la vida, de migrar, de moverse, de conocer, de descubrir, de crecer. O como dice Mercedes Sosa:

“lo que cambió ayer, tendrá que cambiar mañana. Así como cambio yo, en estas tierras lejanas” porque cambia, todo cambia. 

Escrito por: Karina Miranda

Soy una apasionada por la literatura infantil y juvenil (LIJ), madre curiosa y psicóloga social. La maternidad supuso una revolución en mi vida y fue la causante de mi enamoramiento con la LIJ. Empecé siendo librera en Lima, Perú; y por más de cinco años estuve sumergida en un mundo de editoriales, novedades, reseñas, autores e ilustradores. Esos años fueron decisivos para animarme a emprender vuelo, mudarme a Barcelona y formarme en promoción de la lectura y mediación literaria.

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